“La tela buena, siempre que se lava, se estrena.”
(Dicho popular)
Un trozo de género utilizado para limpiar o secar utensilios se lo denomina trapo, concepto que tiene varias acepciones. “Izar los trapos” en los mástiles de una embarcación indica la acción de levantar las telas o lonas que facilitan el desplazamiento de la nave por el soplo del viento. “Ir a todo trapo.” insinúa el ímpetu adquirido por la velocidad. “Estoy hecho un trapo,” exterioriza cansancio o decaimiento de ánimo.
Cuando una situación exige discreción y privacidad se dice que “los trapos sucios se lavan en casa”. Pero, cuando la verdad exige ser develada “se han de sacar los trapitos al sol.” Ante un hecho insólito hay quienes exclaman con ingenio y picardía que eso es “más raro que trapo de piso con puntillas.” Quien argumenta que “viejos son los trapos,” avala la juventud del espíritu no ceñida al calendario.
El escritor francés Honoré de Balzac (1799-1950) es conciso cuando afirma que “el bruto se cubre, el rico se adorna, el fatuo se disfraza y el elegante se viste.” Es en referencia al ropaje usado en sugestivas situaciones que excluyen a los trapos o trapitos.